Después de los 40, muchas mujeres buscan recuperar ese brillo saludable en la piel que parece perderse con los años. El efecto glow natural no tiene que venir del maquillaje: se consigue con constancia, hidratación y productos que devuelvan vitalidad a la piel desde dentro. En esta guía te explicamos cómo lograrlo paso a paso, sin filtros ni artificios.
1. Limpieza suave, no agresiva
El primer paso para una piel luminosa es una limpieza que respete su equilibrio. Evita jabones fuertes o exfoliaciones diarias: eliminan los aceites naturales y apagan la piel. Opta por un limpiador hidratante que deje una sensación flexible, no tirante.
2. Hidratación profunda cada mañana y noche
La luminosidad está directamente relacionada con la hidratación. A partir de los 40, la piel produce menos colágeno y ácido hialurónico, por eso necesita un impulso extra. El Bálsamo de Colágeno Antiarrugas de Celine Lash devuelve la firmeza y aporta ese efecto glow natural gracias a su combinación de colágeno hidrolizado, ácido hialurónico y vitaminas antioxidantes.
3. Duerme lo suficiente (sí, se nota)
El sueño es el mejor tratamiento antiedad. Durante la noche se activa la regeneración celular y la piel recupera su oxigenación. Dormir 7–8 horas diarias no solo mejora el tono y la firmeza, sino que multiplica el brillo natural del rostro.
4. Activa la circulación con un masaje facial
Un masaje de 3 minutos al despertar estimula el flujo sanguíneo y realza el tono de la piel. Aplica el bálsamo o tu crema favorita y realiza movimientos circulares ascendentes con los dedos, especialmente en mejillas y pómulos. Verás cómo la piel se enciende al instante.
5. Cuida el contorno de ojos
Las ojeras y bolsas pueden apagar el rostro aunque el resto de la piel esté bien. Un producto ligero y nutritivo como el Corrector de Ojeras Instantáneo ayuda a iluminar la mirada al instante mientras hidrata y suaviza la zona.
6. Alimentación que se nota en la piel
El brillo real también se construye desde dentro. Prioriza frutas ricas en vitamina C, aguacate, nueces, y reduce el azúcar refinado. Este equilibrio mejora la producción natural de colágeno y la textura de la piel.
Conclusión
El efecto glow después de los 40 no se trata de cubrir, sino de cuidar. Con una piel bien hidratada, descanso, masajes suaves y activos como el colágeno y el ácido hialurónico, es posible conseguir un brillo natural que refleje bienestar y vitalidad real, sin necesidad de maquillaje.